El partido más largo de la historia: John Isner vs Nicolas Mahut en Wimbledon 2010

El partido más largo en la historia del tenis duró 11 horas y 5 minutos. Descubre cómo Isner y Mahut protagonizaron una batalla épica en Wimbledon 2010 que redefinió los límites del cuerpo y la mente en el deporte.

Curiosidades28 de abril de 2025Ana Sofía Castillo RojasAna Sofía Castillo Rojas

¿Sabías que el partido más largo en la historia del tenis duró más de 11 horas?

Esta hazaña ocurrió en Wimbledon 2010 y transformó para siempre la forma en que entendemos los límites físicos y mentales en el deporte.

Todo comenzó de manera aparentemente normal. Era un partido de primera ronda, programado como cualquier otro en el césped sagrado del All England Club. John Isner, un potente sacador estadounidense, se enfrentaba al francés Nicolas Mahut, conocido por su habilidad en superficies rápidas. Nadie en el estadio, ni siquiera ellos mismos, imaginaba que estaban a punto de escribir una de las páginas más extraordinarias en la historia del tenis.

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Un primer día interminable


Desde el inicio, el partido mostró señales de ser diferente. Ambos jugadores mantenían su saque con una solidez impresionante. Los juegos transcurrían rápido, pero el empate parecía inamovible. Cuando el reloj avanzaba y el sol comenzaba a descender sobre Londres, las autoridades suspendieron el encuentro por falta de luz natural. El marcador reflejaba una situación insólita: empate tras varios sets agotadores, con un quinto set que apenas comenzaba.

Isner y Mahut se retiraron ese día sabiendo que lo peor estaba por venir. Habían jugado horas extenuantes, y todavía no había un desenlace a la vista.

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Segundo día: una batalla sin fin


Al día siguiente, los dos regresaron a la cancha 18 de Wimbledon. Lo que ocurrió después desafió toda lógica deportiva.

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El quinto set se convirtió en un maratón. Game tras game, ni Isner ni Mahut lograban romper el servicio de su oponente. Cada punto era una lucha intensa; cada juego ganado era celebrado como si fuera un set completo. Ambos superaron los 100 aces individuales, un récord nunca antes visto en un solo partido.

El público comenzó a darse cuenta de la magnitud de lo que estaban presenciando. La cobertura mediática creció exponencialmente. Las cámaras se agolpaban para capturar la resistencia física y mental de dos jugadores que se negaban a ceder. En la pantalla, el marcador llegó a un asombroso 59-59 en el quinto set. Y aún no había un ganador.

Finalmente, con los cuerpos agotados y la luz nuevamente desapareciendo, el segundo día también tuvo que suspenderse. Era algo nunca antes visto: un partido de primera ronda que se extendía por más de dos días.

Tercer día: el desenlace de una epopeya


El tercer día amaneció con expectativas máximas. Los organizadores de Wimbledon entregaron placas conmemorativas a Isner y Mahut antes del inicio, conscientes de que, sin importar el resultado, ambos ya habían hecho historia.

La batalla finalizó después de 11 horas y 5 minutos totales de juego, con un marcador final de 6–4, 3–6, 6–7(7), 7–6(3), 70–68 a favor de John Isner. Al final, una derecha ganadora le dio el triunfo al estadounidense, quien cayó exhausto sobre la cancha mientras Mahut recibía la ovación de pie de todo el estadio.

El partido estableció múltiples récords: mayor cantidad de juegos en un partido (183), mayor número de aces combinados (216), y mayor duración en la historia del tenis profesional.

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Más que un récord: una lección de espíritu humano


Más allá de las cifras, el enfrentamiento entre Isner y Mahut representa algo más profundo. Fue un tributo a la resistencia humana, al poder de la voluntad y a la capacidad de no rendirse incluso cuando todo parece imposible. Ninguno de los dos se rindió. Ninguno dejó de luchar. Ninguno mostró frustración. Cada punto fue disputado con honor y determinación.

Para muchos, este partido cambió el deporte. Wimbledon, por ejemplo, implementó reglas de desempate en el quinto set a partir de años posteriores para evitar situaciones similares. Pero más importante aún, este partido dejó una lección imborrable sobre el coraje, la resiliencia y el respeto entre rivales.

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Isner y Mahut: eternamente unidos


John Isner y Nicolas Mahut pasaron de ser simples oponentes a convertirse en leyendas. Sus nombres estarán siempre ligados en la memoria colectiva de los aficionados al tenis. No solo por el récord, sino por la dignidad con la que enfrentaron una prueba que parecía sobrehumana.

Hoy, más de una década después, cada vez que un partido se extiende en duración o resistencia, la referencia es inevitable: Isner vs Mahut en Wimbledon 2010.

Y esa es la magia del tenis. A veces, un partido que parecía rutinario se convierte en un símbolo de lo que somos capaces de lograr cuando decidimos no rendirnos.

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VIDEO COMPLETO: https://www.instagram.com/p/DCafSF3Az2s/

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